(Captura con Nokia Lumia 1020) — 04-05-2015
Un metrónomo gigante vigila la ciudad de Praga, y es que donde antes había una figura de Stalin decidieron cambiarlo por esto. Desde ahí las vistas de la ciudad son inmejorables, los puentes y el casco viejo quedan directamente a nuestros pies.
Después de la tormenta llega la calma, y es que la lluvía que había caido hace poco no era moco de pavo. De ahí esas nubes negras.